Durante tantos milenios como llevan existiendo, los humanos no han comprendido en realidad qué es el amor. ¿Cuánto hay de físico y cuánto de mental en todo eso?¿Cuándo es accidente y cuándo destino?¿Por qué se destruyen parejas que son perfectas y funcionan otras que parecen imposibles? No conozco las respuestas mejor que ellos. El amor está simplemente donde está.


Lo peor de dejar caer la máscara


Hay demasiadas cosas que hoy en día no alcanzo entender.

¿Cómo se puede ser tan hipócrita y tan hijo de puta? No me parece ni remotamente normal que alguien en quien has depositado muchísima confianza, con el que has compartido media vida, una persona con la que has vivido tanto (y, a veces, tan bueno) sea capaz de hacerte daño así sin más.

Una persona por la que lo has dado todo. Por la que has perdido amistades, relaciones con la familia, has perdido aficiones, te has hasta olvidado a ti mismo, decida atacarte sin más.

¿Cómo se puede ser tan cabrón? Entiendo que han pasado muchas cosas, entiendo que todo ha cambiado. Pero ahora mismo no tiene ningún jodido sentido remover la mierda. Mierda que ni siquiera existe, pero que esa persona desea por encima de todo seguir el olor. ¿Que porqué? Por ganas de hacer daño. Por no ser capaz de asumir tus errores. Por ser tan egoísta y egocéntrico que lo único que sabes hacer es echar la culpa a los demás.

Madura ya, coño. Que ya tienes tu vida por tu lado. ¿Para qué tanto daño innecesario? Me tiemblan las manos. Tienes esta asquerosa costumbre de conseguir que me encuentre hasta mal. Haces que nazca en mi un odio hacia la humanidad que nunca antes había conocido. Haces que desee no confiar en nadie nunca más. Haces que te desee lo peor. Y yo no soy así.

Púdrete solo con tus miserias y déjame a mi respirar el aire puro en paz.

Y cómo te quise. Joder. Ahora no puedo llegar ni a comprender como he sentido un ápice de lo que llegué a sentir.