Se busca gente del mundo real.
Gente que mire más el
cielo que el suelo. Gente que hable con el silencio. Gente que sepa
vivir en el ahora y el aquí.
Se busca gente que no
viva de los demás. Que no necesite su aprobación. Que no viva a
medias envidiando otras vidas.
Se busca a gente capaz.
Gente capaz de dejar el
móvil de lado. De sentarse y hablar. De estar con alguien sin
necesidad de estar con nadie más.
Se busca a gente que deje
de vivir mirando una pantalla. Que levante la vista. Que vea el mundo
que le rodea y que le guste y sonría.
Últimamente estoy muy
cansada de móviles, de facebooks, de whatsapps y de mil aplicaciones
que nos han hecho dejar de vivir. Que nos tienen atrapados en un
mundo ficticio que no es vida. Que nos hacen creer que ver fotos de
un sitio es igual que visitarlo, que nuestra vida nunca será
suficiente porque los demás siempre hacen más. Que nos hacen creer
que tenemos muchos amigos aunque en realidad tengamos dos. Que nos
hacen sentir importantes con me gustas en lugar de con abrazos. Que
nos hacen fracasar.
Estoy harta. Harta del
mundo virtual. Harta de no poder tener a alguien sólo contigo. Harta
no poder estar sola conmigo misma. Harta de pitidos, alertas y
mensajes. Harta de horas de conexión y double checks.
¿Pero que es esta
basura? Vas por la calle y todo el mundo con el móvil en la mano.
Hoy hacia un día estupendo y la gente, en el bus, mirando el móvil.
Pues yo hoy me he enamorado un poquito más de Barcelona. Y de sus
calles. Y de la luz de primavera. Y de esa chica que deja el móvil
para hablar con la mujer de enfrente. Y de ésa otra que se levanta
para dejar que una mujer mayor se siente.
Se busca a gente capaz de
desechar. De eliminar estas cadenas invisibles que nos tienen atados.
De mirar al cielo y decir "que bonito", de sonreír a la
gente con la que se cruza por la calle, de saludar al conductor del
autobús. Gente real, gente que sepa lo que es la verdadera
felicidad.