Durante tantos milenios como llevan existiendo, los humanos no han comprendido en realidad qué es el amor. ¿Cuánto hay de físico y cuánto de mental en todo eso?¿Cuándo es accidente y cuándo destino?¿Por qué se destruyen parejas que son perfectas y funcionan otras que parecen imposibles? No conozco las respuestas mejor que ellos. El amor está simplemente donde está.


Reflexiones de una reflexiva

Existen distintas clases de amor. Hay el amor que te da seguridad, es pausado, tranquilo, càlido... Y existe el tipo de amor que te arrolla, te desgarra, el amor pasional, instintivo, físico...

Existe un tipo de amor que tiene más de interno que de externo... Más de profundo que de físico... Ese tipo de amor intelectual que te hace amar a la persona, aunque no desearla. Es ese amor por el que nunca arriesgamos, al que nunca damos una oportunidad. Aunque nos llena y nos hace mejores.

Luego existe un tipo de amor más completo, el que tiene parte de físico y parte de intelectual... Aunque no mucho de ninguno de los dos... Es ese amor tranquilo, que te acuna, que te hace sentirte seguro, aunque a veces marea por no ser nada y serlo todo. Es un amor que no te completa, pero en el que sueles quedarte. Te quedas porque parece que es lo que toca y porque ¿cómo vas a renunciar a algo que es obvio que funciona?

Y, finalmente, tendríamos al tercer tipo. Ese que sabes que nunca funcionará, pero que te hace olvidarlo todo. Ese que es todo pasión y que parece que se vaya a evaporar en un suspiro cuando se piensa en que sea algo más. Ese amor que sólo puede durar unos dias, un par de meses como mucho. Ese amor insostenible e inalcanzable, abstracto. Ese amor por el que en ciertos segundos lo arriesgariamos todo y del que cinco minutos más tarde no queremos saber nada. Ese amor que suele ser imposible de borrar de la piel. Ese amor del que, aunque huyas, sigues atrapado. Es temblor, es fuego, es dolor, es placer. Es amor silencioso, oscuro, escondido. Es un amor demasiado personal como para chillarlo al mundo. Es ese amor del que nunca sabremos en realidad si fue amor. O ese amor del que en realidad nunca sabremos si para la otra persona es amor. Es un juego.

Y, en verdad, ¿qué más da? Yo me pregunto... ¿No os quedaríais con los tres? Yo lo haría, la verdad. El problema esencial es que esta vida consiste en decisiones, decisiones, decisiones. Y con cada decisión que tomamos, renunciamos a algo. Y supongo que, al final de nuestras vidas, no podemos evitar plantearnos si no hubieramos sido más felices renunciando a lo que hemos tenido y quedándonos con lo que hemos renunciado. Qué triste todo...

Everyone needs anyone

De esos momentos en que desearías mandarlo todo a la mierda. Que te preguntas porque la gente es tan egoísta. Por qué creen que sólo ellos tienen problemas o que sólo sus problemas importan realmente... Estoy harta. Harta de bajar mis barreras sólo para que me hieran. Harta de que nadie se pare a pensar en cómo me sentaran a mi las cosas. Me cansa intentar engañarme diciéndome que no me importa. Todo el mundo necesita a alguien. Everyone needs anyone. Y, ¿qué necesito? Supongo que sencillamente alguien que pida de mi sólo lo que puedo darle. Alguien que me vea como algo más que como lo que necesita de mi. Alguien que piense en cómo me siento o en qué estoy pensando. Alguien que se preocupe por mi. Alguien que yo sepa de verdad que sí, que está aquí, pase lo que pase. ¿Es que a caso no me lo merezco? No logro entender porque, como si fuera un ciclo, cada X tiempo me encuentro así. Totalmente sola. Sin las personas que yo había creído tener a mi lado. Personas por las que yo cruzaría fronteras, derribaría muros y partiria bocas. Personas que son parte de lo que yo quiero ser. Personas que me hacen feliz y a las que quiero. Demasiado tal vez. Y me da igual ya. Volveré a mi época de estar sola. De no confiar en nadie. De (sobre)vivir por mi cuenta. Sin nada y sin nadie. A la mierda. Yo no pienso cambiar mi forma de ser. ¿Os molesta? Pues os jodéis y me dejáis en paz. Yo soy yo. Así actúo. Así pienso. Lo tomas o lo dejas. Pero no me marees. No me hagas daño sin más. Piensa y luego actúa. Porque en la ecuación no estas sólo tu. Yo también ando por ahí. Y tal vez ahora mismo sienta que yo no valgo mucho. Pero me haré valer. Como siempre he hecho. Así que valórame o déjame ir.