Despertarme con la sensación de que ya no te encuentras a mi lado. Y tener miedo. Miedo de que te vayas y que por mucho que me esfuerze no pueda recuperarte. Miedo a que te estés yendo y yo ni siquiera lo sepa. Miedo, de no saber lo que piensas, de no creer lo que sientes. Miedo de que no te quiera como tu quieres que te quiera. Miedo a despertar un día y descubrir que no sé que has cenado, que no te he dicho buenas noches, que hace dos meses que no sé nada de tí y que no te digo te quiero. Miedo a que por tener miedo te aparte de mí. Miedo a que dejes de sentir lo que sientes o que lo sientas por otra persona. Miedo porque una persona no puede ser tuya, aunque sea lo que más deseas en este mundo. Miedo a dar un paso adelante y no poder dar ninguno más. Miedo a habertelo dado todo y que de todas formas te vayas. Miedo a no tener nada más que tú y perderte.
Miedo a despertar un día y sentir ese agujero negro en mi estòmago, dejar de tener ganas de despertar y sólo querer soñar con tenerte a mi lado. Hasta que un día el sueño supere a la realidad y tengan que encerrarme. Porque no puede ser bueno querer tanto y tener tanto miedo. Tener miedo. Y aún y así querer tenerte para siempre. Con el miedo y la tristeza que comporte. Con todo lo bueno y la felicidad que me da estar a tu lado. Porque te quiero.
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