Durante tantos milenios como llevan existiendo, los humanos no han comprendido en realidad qué es el amor. ¿Cuánto hay de físico y cuánto de mental en todo eso?¿Cuándo es accidente y cuándo destino?¿Por qué se destruyen parejas que son perfectas y funcionan otras que parecen imposibles? No conozco las respuestas mejor que ellos. El amor está simplemente donde está.


Modernidad

En el instituto todo era más senzillo.

Si te enfadavas con alguien podías ir corriendo a su clase a pedirle perdón, a decirle que lo sentías, que habías sido una tonta.
Y si eso no funcionaba, siempre podías salir al quiosco y comprarle una de esas piruletas con forma de corazón, que significaban tanto y costaban tan poco.

En el instituto tenías a todos tus amigos juntos, reundios en un radio de... nose... No más de 500m de tí.

En el instituto todo era más fácil.

Tenías tu horita de patio que se usaba básicamenta para fortalezer las relaciones interpersonales.
Sin contar con las épocas en las que teníamos 3 horas de comedor. Entonces, casi acabavas odiando a tus amigos de tanto hablar con ellos.

Y los ratos esperando a que vinieran a recojerte -qué tiempos aquellos!-. Charlabas i buscabas una forma de alargar más el tiempo para estar con tu amiga. Singular?

Bién, Lídia, ahora ya sabes una de las múltiples cosas que te pasan.

Todo eso se está perdiendo. Ahora sólo nos quedan conversaciones de messenger, sms i mensajes de facebook.

Y este blog, aunque todavía no sé bién para qué lo quiero.


Cenizas al viento. Polvo al viento. All we are is dust in the wind.

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